La muerte de una bebé de tan solo 4 meses de vida en Tinogasta, Catamarca, en abril de 2019, ha causado gran conmoción en la comunidad. El trágico suceso ocurrió cuando los padres de la menor, Gonzales y su expareja Olivera, la llevaron al hospital debido a una descompensación. Olivera, padre de la menor, dijo que la bebé se había ahogado con la leche. Al ser atendida por los profesionales médicos, informaron sobre un severo traumatismo de cráneo. La gravedad de las heridas obligaron a los médicos a derivar a la pequeña a un hospital de mayor complejidad en la provincia de La Rioja, donde falleció poco después.
Ante la fatalidad, la Justicia inició una investigación para esclarecer las circunstancias que llevaron a la muerte de la bebé. La autopsia reveló que la causa del deceso fue un politraumatismo en el cráneo, y que, al momento de su internación, la niña presentaba fractura de húmero y signos de muerte cerebral. A raíz de esto, ambos padres fueron detenidos.
En mayo de 2022, en la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Tercera Nominación, el fiscal Miguel Mauvecín, representante del Ministerio Público, señaló que «la niña fue víctima de sus padres». Días después, el Tribunal de la Cámara Penal de Catamarca, integrado por los jueces Patricia Olmi, Jorge Rolando Palacios y Marcelo Soria, dictó de manera unánime la culpabilidad de Olivera, condenándolo a prisión perpetua por el delito de «homicidio agravado por el vínculo». Sin embargo, la madre de la menor, de apellido Gonzales, fue absuelta.
El Tribunal sostuvo que la madre había adoptado una posición exculpatoria, argumentando que desconocía los maltratos sufridos por su hija. Durante su declaración, la joven tinogasteña explicó que padece una discapacidad visual que le permite ver solo un 10%. Según su abogado defensor, Julián Quintar, la ex pareja de Gonzales dudaba de la paternidad de la niña lo que desembocaba en violencia. El letrado también alegó que su defendida no estaba al cuidado de la bebé en el momento del incidente y que, al llegar a su domicilio, se encontró con la situación crítica de la salud de su hija. “Estaba desvanecida y muy fría”, dijo con voz quebrada Gonzales en una de sus declaraciones.
El pasado 22 de agosto, Gonzales fue nuevamente detenida en su domicilio en Tinogasta, ordenado por la Cámara en lo Criminal de Tercera Nominación.

El abogado Quintar expresó su descontento con la decisión judicial, afirmando: «La reclusión perpetua para una joven de 25 años es prácticamente condenarla a muerte, ya que pierde toda perspectiva de vida. Mi defendida no ha tenido participación en la muerte de su hija. La lucha es contra la Corte, quien expresa que la Madre de la pequeña debía saber que su hija estaba siendo victima de maltratos, y ningún criminal te advierte de los delitos que viene cometiendo, como en es el caso de Olivera, hoy condenado. Me sorprende la liviandad con la cual la Corte quiere condenar a mi defendida a prisión perpetua», expreso el Abogado Quintar, quien como primer medida tras la nueva detención de Gonzales presentó un recurso de casación que inicialmente fue rechazado por considerarse extemporáneo, pero tras una acción autónoma de nulidad por sentencia irrita, el tribunal reconoció el error y otorgó la excarcelación de Gonzales, quien ahora espera la resolución de la última instancia del caso.
El caso sigue generando debate en la comunidad y entre los profesionales del derecho, mientras Gonzales permanece en libertad a la espera de la sentencia definitiva.
