La cabalgata organizada por la agrupación «Enlazando Huellas» de San Fernando del Valle concluyó con éxito, después de una travesía memorable desde Tinogasta hasta la localidad de Londres, en el departamento Belén.

El jueves 29 de agosto, el grupo llegó a Tinogasta, donde fueron recibidos por Carlos Cerezo, guía baqueano de «Huellas del Recuerdo». Cerezo ofreció un asado de camaradería y compartió su amplia experiencia y pasión por el trabajo con los animales. María Noemí Delgado, organizadora del evento comentó al respecto: «Conocimos a una gran persona y excelente guía. Su acompañamiento fue un complemento perfecto para la travesía, aportando información, historia y conocimiento sobre su trabajo de Guía. La cabalgata fue increíble, hemos conocido un hermoso lugar, la Cuesta de Zapata es un lugar fantástico, sus paisajes, sus aromas, la historia que guarda».

La Secretaría de Turismo de Tinogasta colaboró en el alojamiento de los 27 participantes, preparando el Polideportivo El Gigante para recibir a los aventureros. Delgado expresó su agradecimiento por la amabilidad y el confort del lugar: «Todos quedamos maravillados con el Polideportivo. Dormimos muy cómodos y agradecemos sinceramente a la Secretaría de Turismo.»

A pesar de los pronósticos de lluvia, el viernes 30 de agosto, alrededor de las 8:30 de la mañana, los participantes comenzaron su aventura hacia la Cuesta de Zapata. «El día comenzó con un leve rocío, que tomamos como una bendición. Luego el clima se mantuvo fresco, pero sin lluvias», relató Delgado. En el camino, el grupo almorzó en el ingreso al paraje El Durazno, disfrutó del paisaje y descansó antes de continuar.

La travesía por la Cuesta de Zapata fue una experiencia indescriptible. Desde la altura de la cuesta, los participantes pudieron apreciar el Camino del Inca, un espectáculo que dejó una profunda impresión. «Fue increíble observar la inmensidad del lugar y sentir la paz que transmite», añadió Delgado.

La noche fue pasada en el paraje Piscuyacu, donde la Agrupación Gaucha de Belén recibió al grupo. Los participantes armaron sus carpas, compartieron un fogón y disfrutaron de una noche de camaradería, incluyendo juegos de truco, cuentos, historias y versos. «La noche en Piscuyacu fue inolvidable. Nos llevamos los mejores recuerdos», expresó Delgado.

El sábado, la lluvia hizo su aparición, pero el grupo continuó su viaje con entusiasmo. Tras un reconfortante té y mates, emprendieron el camino por el Río de Londres, maravillados por la belleza del entorno. En el paraje La Aguada, descansaron, dieron agua a los animales y se encontraron con más gauchos que se unieron a la caravana. «Fue una gran caravana y una experiencia muy linda», concluyó Delgado.

Esta aventura por los ríos, cerros y quebradas Tinogasteñas añade un atractivo más a los destinos que el departamento ofrece a los amantes de las experiencias únicas.

Por Charlie

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